1. No coger pesas. Uno de los principales 'temores' a la hora de acudir al gimnasio es pensar que, por coger unas pesas, vamos a convertirnos en Schwarzenegger y desarrollar unos horribles músculos, nada más lejos de la realidad. Salvo que recurras a complementos prohibidos como anabolizantes, coger unas pesas no hará que multipliques tus músculos.
2. Repetir demasiado un ejercicio. El primer día en el gimnasio nos dan una tabla de ejercicios y la repetimos hasta el fin de los días, sin variar apenas el peso... Craso error. Cada dos semanas hay que variar los ejercicios para que nuestro músculo no se 'acostumbre'. No te canses de preguntar a tu monitor por nuevos ejercicios.
3. Sobreentrenar un grupo muscular. Un error muy frecuente es 'sobrecargar' a un músculo hasta su extenuación. Cuando no dejamos descansar al músculo lo suficiente aparece el catabolismo muscular. Simplificando, esto significa que los músculos se degradan y se consumen para poder hacer frente al agotamiento, produciendo que la piel se 'descuelgue' al no encontrar su aposento sobre el músculo. Recuerda, tan importante como entrenar es descansar.
4. No entrenar como un todo. Esto va unido a la anterior. Por costumbre, las mujeres suelen entrenar: piernas, piernas y más piernas... Mientras que los hombres se dedican a trabajar su torso. Pues bien, ni lo uno ni lo otro está bien. Aparte que trabajando sólo un grupo muscular lo agotarás antes de tiempo, hay que entrenar el cuerpo como un todo. Abdominales, brazos, espalda, hombros, tríceps... Trabaja todos los grupos musculares y notarás un cambio a mejor.
5. Hacer sólo ejercicios aeróbicos. Otro error muy común es 'pasar' de los ejercicios anaeróbicos y centrarnos únicamente en correr sobre la cinta , la bici estática o hacer 'spinning'... La creencia popular nos hace creer que cuanto más corramos, más tonificados estarán nuestros músculos. Sí... Y no. Prueba a alternar con ejercicios anaeróbicos (sentadillas, curl de bíceps, zancadas...) y tu cuerpo lo agradecerá. Y si puedes, prueba métodos que combinen aeróbico-anaeróbico.
6. Ejecutar mal un ejercicio. Hay gente que puede estar años, literal, realizando mal un ejercicio. Cómo en el punto número 1, no te canses de preguntar al monitor sobre la perfecta ejecución de un movimiento. Es mucho mejor hacer un ejercicio bien una sola vez que hacerlo mal cientos de veces.
7. No rendir al máximo. "Me canso", "no puedo más", "esto es demasiado", "ya llevo un buen rato"... ¿Te suena? No estamos hablando de que salgas con la lengua fuera del gimnasio o que seas un mar de sudor. Piensa, por un momento; si puedes seguir un poquito más, si puedes poner un poco más de peso, si has descansado más que de sobra entre serie y serie... Te sorprenderá averiguar hasta donde puedes llegar.
8. Hacer ejercicios sólo 'de mujeres'. Un error muy frecuente es buscar ejercicios 'para mujeres'. Pues bien, te contaremos un secreto: no existen ejercicios específicos ni para hombres ni para mujeres. Como te contamos en los puntos del 1 al 4, lo peor que puedes hacer es entrenar sólo un grupo muscular. ¿Qué pasa con tus abdominales? ¿Y con los hombros? Un cuerpo armonizado no sólo son piernas y glúteos.
9. Usar principalmente máquinas. El principal problema de usar máquinas es que te 'autoengañas' con el peso. Creadas en un principio para prevenir lesiones (aunque en la realidad te lesiones igualmente), el sistema de poleas de las máquinas hace que creas que estás levantando más peso del que en realidad es. Hay muy pocos ejercicios que no puedas hacer 'sin' máquinas. Prueba a preguntar.
10. Quiero levantar mi pecho haciendo ejercicio. Uno de los mitos del gimnasio. Por más que hagas ejercicios para levantar o revitalizar el pecho, no lo lograrás. Todo lo más lograrás tonificarlo y dejar su piel más tersa gracias a tu rutina. Pero no hay músculos que realcen el pecho a base de ejercicio. Lo que hay debajo de la piel es sólo... Grasa.
11. Alimentación e hidratación inadecuadas. Las bebidas isotónicas, ni tocarlas. Tal cual. Para hidratarse sólo hay una bebida milagrosa: el agua. No necesitas nada más. Si quieres, prueba a añadir un poco de zumo de limón, pero no necesitas una bebida isotónica. Ni siquiera una light. De más está decir que prohibidos los alimentos que no son alimentos: azúcares, fritos, snacks... ¡Destiérralos de tu dieta y verás que cambio!